Un estudio realizado a partir de las imágenes obtenidas por
la NASA demuestra que la concentración de dióxido de nitrógeno, NO2, en
ciudades europeas de un millón de habitantes es seis veces superior a la
registrada en núcleos similares en India y más del doble que en urbes de
Estados Unidos y China. Además, en poblaciones grandes, de más de diez millones
de personas, estos valores repuntan hasta alcanzar un 14 por ciento más en
Europa.
"Los
patrones de uso de energía y las emisiones per cápita son muy diferentes entre
la India y Europa" ha señalado el investigador de la institución que ha
dirigido el proyecto, Lok Lamsal, por lo que a pesar de estas ciudades
asiáticas están más pobladas, "parecen más limpias en términos de NO2".
Además,
la investigación publicada recientemente en “Environmental Science &
Technology” comprobó que el
NO2 de las ciudades grandes era más del doble que el observado
en las pequeñas, aunque en el caso concreto de China, se
multiplicaba por cinco, lo que demuestra, según el estudio, que "a pesar
de que las grandes ciudades suelen ser más eficientes, una mayor población se traduce en
una mayor contaminación".
En
concreto, se registraron 0,98 partes por billón (ppb) de NO2 en
pequeñas ciudades americanas, 1,33 ppb en las europeas, 0,68 ppb en China y
0,23 ppb en India. Mientras, la contaminación aumentaba en las grandes ciudades
hasta alcanzar los 2,55 en EE.UU., 3,86 ppb en Europa, 3,13 ppb en las urbes
chinas y 0,53 ppb en las poblaciones indias.
NO2 superficial:
un indicador de la calidad del aire urbano
Medir
en superficie la concentración de este gas de efecto invernadero es un buen indicador de la calidad del
aire urbano puesto que la combustión de carburantes fósiles
lo produce y, una vez liberado y en contacto con la radiación solar, es
precursor de la formación de ozono, que es el causante de los principales
problemas respiratorios de las áreas metropolitanas, según ha explicado la
institución americana.
Lamsal
incorporó las concentraciones de NO2 recogidas por el satélite
de la NASA para la vigilancia del ozono, el “Aura”, a un modelo de calidad del
aire y lo superpuso con datos de densidad de población con el objetivo de determinar por primera vez la
relación entre la contaminación de una ciudad y su tamaño.
Fuente:
Redacción Ambientum / EP
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