por Comunicaciones el 6 AGOSTO,
2014
Fuente
Conservación y biodiversidad
En 2012 científicos chilenos descubrieron esta nueva especie
de anfibio que se encuentra en los bosques de la costa valdiviana. Ella, junto
a su pariente, la rana de Darwin, pueden admirarse en un escenario
privilegiado: el Parque Oncol, a 28 kms de Valdivia. La Segunda, 05 de agosto
de 2014.
Hace 18 mil años parte de los bosques del sur de Chile logró
sobrevivir al periodo de glaciación de las eras Terciaria y Cuaternaria en
algunas áreas de las cordilleras de la Costa y de Los Andes, dando origen a un
frondosa vegatación que hoy se conoce como “Bosque templado lluvioso
valdiviano” y en el que se encuentra una alta biodiversidad de flora y fauna.
En este escenario, a 28 km de Vadivia y en la parte más alta
de la Cordillera de la Costa (que acá alcanza los 715 msnm), se encuentra el
Parque Oncol, una importante área silvestre protegida privada creada en 1989
por la empresa ARAUCO. En medio de uno de los pocos bosques costeros
húmedo-templado de Sudamérica en donde la evolución y adaptación de los
organismos vivos ha originado, con el paso de los años, especies únicas en su
tipo.
Desde que fueran descubiertos por los primeros aventureros,
estos bosques han llamado la atención por su singular condición climática y
geográfica, atrayendo desde entonces múltiples expediciones y trabajos
científicos que buscan desentrañar la riqueza que esconde este refugio lluvioso
donde, además de árboles se encuentra hojarasca, musgos, líquenes, follaje y
frutos, todo lo cual da alimento y cobijo a innumerables especies de insectos,
reptiles, aves, mamíferos y anfibios.
Desde hace años, diversas instituciones prestigiosas de
Chile y el mundo han aportado al conocimiento científico sobre estos
ecosistemas, entre ellas la Universidad Austral de Chile (UACh), que ha
profundizado en la investigación sobre importantes especies endémicas de la
zona como la “ranita de Darwin” y, más recientemente, sobre el último anfibio
descubierto: la “ranita de Hojarasca”.
La ranita de Darwin del sur (Rhinoderma darwini), mide de 3
a 4 cm y se encuentra en una variedad de colores. Una de sus características
más distintivas es su extraña y única manera de incubación, llamada Neomelia.
El proceso consiste en que la hembra deposita los huevos en el suelo, y una vez
que eclosionan, el macho los guarda en su ‘bolsa gutural’ o sacos aéreos, donde
también sale el sonido de su canto, que atrae la hembra. En este mismo lugar,
los guarisapos pasan completa su fase de metamorfosis, hasta emerger de la boca
de su padre completamente convertidos en sapitos.
Una nueva especie
En 2012, académicos de la UACh y del Centro de Estudios y Conservación del
Patrimonio Natural de Chiloé se encontraban desarrollando un monitoreo para
establecer muestras poblacionales y el estado del hábitat de las ranas de la
Cordillera de la Costa de Valdivia, cuando descubrieron un anfibio, hasta
entonces desconocido. Se trataba de una nueva especie, la que fue bautizada
como Ranita de Hojarasca (Eupsophus altor).
José Núñez, investigador del Instituto de Ciencias Marinas y
Limnológicas de la UACh, señaló que “el hallazgo de un nuevo anfibio significa
un gran acontecimiento para los científicos y la comunidad en general, ya que
aunque muchos no lo crean, aún no está todo visto y existe un importante número
de especies por descubrir al interior de esta selva verde lluviosa”.
La rana de Hojarasca que se encuentra en el Parque Oncol
habita desde Mehuín hasta Punta Curiñanco en la Región de los Ríos. Se
caracteriza por tener sus renacuajos en tierra y porque el macho, luego de la
fecundación de los huevos, ofrece un cuidado estricto sobre su prole,
acompañándola durante todo el periodo de desarrollo. Además, tiene un espectro
de canto que alcanza el nivel ultrasónico.
Núñez manifiesta que “las áreas protegidas son grandes
aliados para cuidar especies en situación vulnerable o en peligro de extinción.
Estamos conscientes que es imposible proteger todas las zonas que se
requerirían para conservación de la biodiversidad, pero aún estamos a tiempo de
salvar algunas superficies críticas para los anfibios de los bosques de la
cordillera de la costa valdiviana”.
El proyecto Oncol
Con abundancia de tepuales, mañíos, tineos y canelos, además de una infinita
variedad de helechos y fauna silvestre, la superficie original de Oncol era de
algo más de 700 hectáreas En 2012 ARAUCO decidió proteger también parte del
área circundante, totalizando más de 3 mil hectáreas, las que declara como Área
de Alto Valor de Conservación (AAVC) y denomina “Bosque Valdiviano Oncol”.
Desde 2012, el Bosque Valdiviano Oncol impulsa el programa
de Educación Ambiental “Conociendo y respetando mi fauna local”, desarrollado
con el apoyo de varios organismos e instituciones, que realizan talleres de
educación ambiental dirigidos a comunidades educativas vecinas al parque, como
aquellas de las escuelas rurales de Los Pellines y Punucapa.
El objetivo del programa es desarrollar en estudiantes y
profesores un compromiso con el medioambiente, aprovechando para ello la
vivencia directa de coexistir en un área silvestre protegida de gran valor.
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