El 2 de junio, fue publicado en el Diario Oficial (DO) el
Décimo Tercer Proceso de Clasificación de Especies, del Ministerio del Medio
Ambiente (MMA). Gracias a esta iniciativa, se logró contabilizar otras 121
taxas nativas, para atribuirles categorías de conservación y con ello, impulsar
el resguardo de nuestra flora y fauna endémica.
Se trata de una herramienta a través de la cual se determina
el estado de conservación o riesgo de extinción de nuestras especies. A través
del instrumento, se pueden priorizan los esfuerzos para tomar las medidas
necesarias y resguardar nuestro ecosistema. En total, las especies clasificadas
ascienden a 1.183 y de ellas, 89 son marinas. Con esto se duplica la
información reunida en este procedimiento, respecto a las especies que habitan
en mar.
“La clasificación de especies" nos permiten conocer el estado
real en que se encuentran la flora y la fauna en los distintos ecosistemas de
nuestro país. Esto nos orienta para adoptar políticas públicas para su
protección, es por ello que el Gobierno de la Presidenta Bachelet ha
realizado un avance irreversible e histórico en la protección de nuestro
patrimonio natural creando áreas protegidas terrestres y marinas, lo que
nos permiten resguardar las especies en categoría de peligro y a su vez,
evita que otras lleguen a estarlo”, afirma el ministro del Medio Ambiente,
Marcelo Mena.
Las cifras y categorías
La autoridad ambiental, agregó que con esta acción hemos actualizado la clasificación de todos los mamíferos y reptiles marinos
que habitan las aguas de nuestro país. Es decir, cetáceos (ballenas y delfines)
y otáridos (focas y leones marinos), a quelonios (tortugas marinas) y los
ofidios (serpientes marinas).
De las 89 especies, se observan 1 crustáceo, 5 cnidarios
(corales y medusas), 6 reptiles marinos (tortugas), 8 peces, 14 aves marinas,
43 cetáceos, 2 nutrias, 5 lobos marinos y 5 focas.Gracias a este esfuerzo,
todos los reptiles marinos y mamíferos marinos de Chile están clasificados
oficialmente.
Los resultados arrojan lo siguiente:
Mamíferos Marinos (incluye a cetáceos, a lobos marinos, a
focas y a las dos nutrias): de ellos, tenemos 43 especies de cetáceos en Chile,
de los cuales dos están En Peligro Crítico, cuatro En Peligro y tres
Vulnerables.
De focas y lobos marinos (10 en total) la situación es menos
crítica, porque sólo dos están Vulnerables y los otros como no amenazados.
De las 6 especies de reptiles marinos –todas las de Chile–,
cinco se consideran amenazadas, se trata de las cincos especies de tortugas
marinas que visitan aguas nacionales (tres En Peligro Crítico, una En Peligro y
una Vulnerable).
Finalmente, del total de 121 especies en categorías de
conservación, 100 son animales (38 insectos y arácnidos, 53 mamíferos, 4
aves, y 5 reptiles), 6 son hongos o líquenes y 15 son plantas que corresponden
todas a angiospermas (plantas con flores, 1 árbol, 8 arbustos y 6 herbáceas))
con categoría de conservación asignada según RCE – UICN 3.1.
Los resultados de las especies clasificadas se resumen en lo
siguiente:
18 taxa En Peligro Crítico (CR)
13 taxa En Peligro
(EN) (1 taxón en parte del territorio Preocupación
Menor)
12 taxa Vulnerable (VU) (2 taxa en
parte del territorio Preocupación Menor)
5 taxa Casi Amenazada (NT)
43 taxa Preocupación Menor (LC)
30 taxa Datos Insuficientes (DD)
El proceso y el sentido de la clasificación
El Reglamento de Clasificación de Especies Silvestres (RCE),
utiliza las categorías que establece la Ley 19.300 para la clasificación de las
especies nativas de flora y fauna, según su estado de conservación. Algunas de
éstas son equivalentes a categorías de la Unión Mundial para la Naturaleza
(UICN), para clasificar.
Comienza con una invitación a la ciudadanía, para sugerir
especies que sean clasificadas en un siguiente proceso. Esto se realiza a
través del sitio web http://www.mma.gob.cl/clasificacionespecies y
la información compilada, es luego analizada por el comité de clasificación de
especies, formado por servicios públicos, universidades e investigadores,
quienes determinan el estado de conservación que le corresponde a cada especie.
Posteriormente, los resultados son sometidos a una consulta pública, a través
de la cual se pueden recibir nuevos antecedentes que podrían reconsiderarse en
el proceso.
Fuente: Codex Verde
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