Los animales forman parte de la escasa fauna endémica de
Rapa Nui, por lo que los científicos llaman a proteger el entorno donde
habitan. El Mercurio, 18 de julio de 2014.
Al oeste de Isla de Pascua, y resguardados en jardines de
musgos y helechos que abundan a la entrada de cavernas, un equipo internacional
de investigadores descubrió ocho nuevas especies de insectos descritos solo en
la isla. A estos se suman dos especies que hasta ahora no se habían
identificado más que en islas del Pacífico Sur y que habrían llegado hace 800 a
1.200 años, en las canoas de los primeros polinésicos que colonizaron Rapa Nui.
Los insectos, que miden entre 1 y 10 mm fueron identificados
en 10 cuevas de la zona de Rohio, en el Parque Nacional Rapa Nui.
Sobrevivientes
Los autores del hallazgo -que se publica en la revista
BioScience- señalan que estos animales han sobrevivido a varios siglos de
impactos ambientales en la isla, incluyendo deforestación, agricultura,
animales pastando y al menos 100 años de presencia de especies invasoras. Por
eso, señalan, “la conservación y manejo de las cuevas y su hábitat de helecho y
musgo deberían considerarse de la más alta prioridad para proteger la fauna
endémica de la isla”.
Considerando que a la fecha se conocían solo 21 especies de
artrópodos endémicos de Rapa Nui, las ocho especies identificadas representan
casi un tercio de esta fauna, explica Judson Wynne, espeleólogo de la U. de
Northern Arizona e investigador principal del estudio.
“Creemos que estos insectos alguna vez estuvieron dispersos
ampliamente por la isla”, explica. Sin embargo, debido a las extensas
perturbaciones ambientales registradas en Rapa Nui, “los que vivían cerca de
cavernas o dentro de ellas quedaron confinados a esos espacios, aislándose y
formando poblaciones que sobrevivieron hasta nuestros días”. Debido al escaso
número de individuos de cada especie, los investigadores consideran que estas
se encuentran en peligro de extinción, riesgo que podría manejarse protegiendo
su hábitat.
Plan de protección
Por tratarse de una isla volcánica, las cuevas y cavernas
abundan en la isla. Su valor no es solo ecológico, sino cultural. Existe la
creencia de que los espíritus de los antepasados habitan en ellas; los antiguos
pascuenses vivían en cuevas, las usaban como refugio de guerra, sitios de
sanación y entierro de sus muertos, entre otras cosas.
Por eso, la necesidad de protegerlas no es un tema ajeno
para las autoridades de la isla. “Falta bastante trabajo para hacer conciencia
al respecto, pero mucho tiene que ver con disposición y voluntad, tanto de
visitantes como de la comunidad local”, dice Hotu Paté, administrador del
Parque Nacional Rapa Nui, de Conaf.
Señala que “actualmente estamos elaborando un plan de uso
público que contempla cinco sitios de uso intensivo: Anakena, Tahai, Rano
Raraku, Orongo y Ana Te Pahu”. En este último, donde abundan las cuevas y
galerías volcánicas, las numerosas visitas han tenido consecuencias sobre la estabilidad
y seguridad de las cavernas.
El plan, “considera educación ambiental, arqueológica y
patrimonial, y planes para prevenir visitas en lugares no aptos para ello”,
dice Paté, quien estima que en 2015 empezarán a aplicarse algunas de las
recomendaciones.
Wynne, por su parte, propone “acordonar los jardines de
musgo y helechos y poner carteles describiendo la fragilidad de este hábitat
dentro de estas áreas, desincentivando a los turistas a que ingresen a ellas”.
Fuete: TERRAM
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