martes, 20 de junio de 2017

La Antártida, el principio del fin

El inminente desprendimiento de un titánico bloque de hielo en la Antártida de unos 5.000 kilómetros cuadrados en la plataforma de hielo de Larsen C, está a punto de cambiar para siempre el mapa del hemisferio sur





La Antártida, el principio del fin
Lo diremos sin rodeos. A vista de pájaro la plataforma de hielo de Pine Island, en la Antártida, es un tren que se dirige hacia la ruina a cámara lenta. 

Por supuesto desde una perspectiva humana. En tiempo geológico todo está sucediendo en un abrir y cerrar de ojos.

Hace más de 3 décadas que desde la Universidad de California y el Laboratorio de Propulsión a Reacción -JPL por sus siglas en inglés- de la NASA, se viene avisando de que la Antártida Occidental ha comenzado a derretirse. Ahora, el gigantesco bloque que está a punto de separarse de la plataforma de hielo, conocido como Larsen C, puede ser el precursor de un colapso de todo el continente, el cual, de producirse, inundaría un gran número de ciudades costeras en todo el mundo.

Poco a poco los bordes de Larsen C se desmenuzan con la misma facilidad que los muros de un castillo de arena. En su superficie, ajada de cicatrices, se diseminan grandes grietas que se disputan el espacio con lagunas de deshielo de hasta 400 metros cuadrados. En las últimas décadas las aguas del mar de Amundsen, también en la parte oeste de la Antártida, se han calentado más de 0,5ºC , y en este tiempo, la velocidad a la que el hielo se está derritiendo y fracturando se ha cuadruplicado. Ya entre 2015 y 2016 un bloque de unos 360 kilómetros cuadrados se desprendió alejándose de la costa del mismo mar.

Sin embargo, en la actualidad las predicciones para el aumento de la temperatura, en este caso para el mar de Weddell colindante con Larsen C, se sitúan en los 5ºC de media. Esta es la razón por la que muchas plataformas más pequeñas de hielo ya han sucumbido por completo. Y también el motivo y por el que Larsen C está a punto de convertirse en una plataforma de hielo que vagará a la deriva por el océano Antártico hasta fundirse en comunión con sus aguas.
La grieta en Larsen C mide casi 200 kilómetros de largo y en alguna de sus partes el ancho puede alcanzar los 2.000 metros. En su expansión, cuando llegue al final, dará lugar a uno de los icebergs más grandes jamás registrados, de unos 5.000 kilómetros cuadrados, es decir, casi la superficie de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Según el Proyecto Midas, desarrollado por un equipo de investigación conjunto de las Universidades de Swansea y Aberystwyth, y a través del cual se ha monitoreado la fisura desde 2014, debido al estrés generado por la grieta, se espera que la separación de iceberg se produzca muy pronto.

El profesor de la Universidad de California y científico la NASA, Eric J. Rignot, afirma que el reciente giro de la grieta evidencia su temprana fractura. "Según mi experiencia, cuando la brecha toma un giro de 90º, como es el caso, la fractura está a la vuelta de la esquina. Es cuestión de semanas”. A primera vista la fractura y desprendimiento de esta sección de Larsen C puede verse como un síntoma del calentamiento experimentado durante los últimos años. Un evento quizá poco significativo, ya que en este periodo hemos sido testigo de glaciares de mayor envergadura.

Sin embargo, la importancia de esta fractura radica en que el hielo que esta a punto de desprenderse se encuentra asentado en una serie de islas. Por el contrario, la gran mayoría del resto de la plataforma descansa sobre una cuenca que se interna hasta los 5.000 kilómetros de profundidad, lo que la hace especialmente vulnerable al aumento de la temperatura del océano. Es en este punto donde la situación se complica pues, de producirse el desarme y rotura en pedazos cada vez más pequeños de tal cantidad de hielo, y de producirse sobre todo, tal y como creen los científicos, a una velocidad cada vez mayor, el nivel del mar aumentaría en más de tres metros inundando ciudades enteras en todo el mundo.

De este modo el derretimiento de la plataforma de hielo de Pine Island es un caso dramático. Con 400 metros de espesor de media, entre los años 1994 y 2015 la cantidad de hielo se ha visto mermada en un 10%. Lo más preocupante es que la retirada de hielo de la plataforma Larsen C, podría afectar al vecino glaciar Thwaites, el cual sería susceptible de desestabilizar la mayor parte de la Antártida Occidental.

“Ahora estos glaciares están desapareciendo cada vez más rápido de la superficie de la Tierra”, afirma Rignot, quien lleva estudiando la región desde hace más de dos décadas a través de aviones y satélites. El científico está convencido de que el colapso de la capa occidental de hielo antártico es inevitable. “Es tan solo una cuestión de tiempo. Lo importante es saber si esto ocurrirá en un periodo de 500 años, o en menos de 100. Y sobre todo, si será la humanidad lo suficientemente rápida como para prepararse a los acontecimientos. “Hemos de despejar la incógnita- afirma el investigador- y debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde”.

La plataforma de Larsen C es solo un pequeño aviso.

Fuente: nationalgeographic.com.es


Clasifican nuevas especies nativas y logran reunir totalidad de reptiles y mamíferos marinos

El 2 de junio, fue publicado en el Diario Oficial (DO) el Décimo Tercer Proceso de Clasificación de Especies, del Ministerio del Medio Ambiente (MMA). Gracias a esta iniciativa, se logró contabilizar otras 121 taxas nativas, para atribuirles categorías de conservación y con ello, impulsar el resguardo de nuestra flora y fauna endémica.


Se trata de una herramienta a través de la cual se determina el estado de conservación o riesgo de extinción de nuestras especies. A través del instrumento, se pueden priorizan los esfuerzos para tomar las medidas necesarias y resguardar nuestro ecosistema. En total, las especies clasificadas ascienden a 1.183 y de ellas, 89 son marinas. Con esto se duplica la información reunida en este procedimiento, respecto a las especies que habitan en mar.

“La clasificación de especies" nos permiten conocer el estado real en que se encuentran la flora y la fauna en los distintos ecosistemas de nuestro país. Esto nos orienta para adoptar políticas públicas para su protección, es por ello que el Gobierno de la Presidenta Bachelet ha realizado un avance irreversible e histórico en la protección de nuestro patrimonio natural creando áreas protegidas terrestres y marinas, lo que nos permiten resguardar las especies en categoría de peligro y a su vez, evita que otras lleguen a estarlo”, afirma el ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena.


Las cifras y categorías
La autoridad ambiental, agregó que con esta acción hemos actualizado la clasificación de todos los mamíferos y reptiles marinos que habitan las aguas de nuestro país. Es decir, cetáceos (ballenas y delfines) y otáridos (focas y leones marinos), a  quelonios (tortugas marinas) y los ofidios (serpientes marinas).

De las 89 especies, se observan 1 crustáceo, 5 cnidarios (corales y medusas), 6 reptiles marinos (tortugas), 8 peces, 14 aves marinas, 43 cetáceos, 2 nutrias, 5 lobos marinos y 5 focas.Gracias a este esfuerzo, todos los reptiles marinos y mamíferos marinos de Chile están clasificados oficialmente. 

Los resultados arrojan lo siguiente:

Mamíferos Marinos (incluye a cetáceos, a lobos marinos, a focas y a las dos nutrias): de ellos, tenemos 43 especies de cetáceos en Chile, de los cuales dos están En Peligro Crítico, cuatro En Peligro y tres Vulnerables. 
De focas y lobos marinos (10 en total) la situación es menos crítica, porque sólo dos están Vulnerables y los otros como no amenazados.
De las 6 especies de reptiles marinos –todas las de Chile–, cinco se consideran amenazadas, se trata de las cincos especies de tortugas marinas que visitan aguas nacionales (tres En Peligro Crítico, una En Peligro y una Vulnerable).
Finalmente, del total de 121 especies en categorías de conservación, 100 son animales (38 insectos y arácnidos, 53 mamíferos,  4 aves, y 5 reptiles), 6 son hongos o líquenes y 15 son plantas que corresponden todas a angiospermas (plantas con flores, 1 árbol, 8 arbustos y 6 herbáceas)) con categoría de conservación asignada según RCE – UICN 3.1.

Los resultados de las especies clasificadas se resumen en lo siguiente:

18   taxa En Peligro Crítico (CR)
13   taxa En Peligro (EN)     (1 taxón en parte del territorio Preocupación Menor)
12   taxa Vulnerable (VU)   (2 taxa en parte del territorio Preocupación Menor)
5   taxa Casi Amenazada (NT)
43   taxa Preocupación Menor (LC)
30   taxa Datos Insuficientes (DD)

El proceso y el sentido de la clasificación

El Reglamento de Clasificación de Especies Silvestres (RCE), utiliza las categorías que establece la Ley 19.300 para la clasificación de las especies nativas de flora y fauna, según su estado de conservación. Algunas de éstas son equivalentes a categorías de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), para clasificar.

Comienza con una invitación a la ciudadanía, para sugerir especies que sean clasificadas en un siguiente proceso. Esto se realiza a través del sitio web http://www.mma.gob.cl/clasificacionespecies y la información compilada, es luego analizada por el comité de clasificación de especies, formado por servicios públicos, universidades e investigadores, quienes determinan el estado de conservación que le corresponde a cada especie. Posteriormente, los resultados son sometidos a una consulta pública, a través de la cual se pueden recibir nuevos antecedentes que podrían reconsiderarse en el proceso.


Fuente: Codex Verde