En 2016 se inició la segunda década de la Reserva de la
Biosfera Cabo de Hornos, lo que obliga a Chile a entregar un nuevo informe a la
UNESCO. Un equipo multidisciplinario e inter institucional trabaja en el
desarrollo de un modelo de progreso, que respete la riqueza cultural y proteja
la biodiversidad sin mermar el crecimiento económico de la población.
La Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, la más austral del
orbe, comenzó su gestión el año 2005. Su primer decenio trajo resultados en el
posicionamiento internacional gracias al nombre Cabo de Hornos, con el que se
conoce a esta zona desde 2001. El descubrimiento de la gran cantidad de
briófita presente, lo que transformó a este lugar en un hotspot mundial en la
temática ya que tiene el 5% de todas las especies a nivel mundial. El aumento
de la presencia de la UMAG en la zona, lo que trajo consigo un reforzamiento
académico que ha dado sus frutos con alumnos victoriosos en ferias regionales y
nacionales de ciencia. En la actualidad, el Estado de Chile debe presentar el
plan de gestión que compromete acciones para la segunda década (2016-2025),
motivo de la reunión de esta jornada.
¿Qué es una Reserva de Biosfera?
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura) en su Programa sobre el Hombre y la
Biosfera (MaB) crea la distinción denominada Reserva de la Biosfera para
definir aquellos territorios que representan la
biodiversidad de hábitats presentes en el planeta. A diferencia de otras
zonas protegidas en el mundo, la de Cabo de Hornos incluye áreas
marinas y personas que realizan actividades económicas para el desarrollo del
territorio en general.
La exigencia de Unesco es rigurosa, tanto para la aceptación
como con la permanencia de las Reservas de la Biosfera que están conectadas en
una red colaborativa a nivel mundial. Actualmente, existen 669 en 120 países,
las que deben presentar planes y resultados de trabajo a este organismo, cada
10 años. Cada Estado asume el compromiso de cumplir estas planificaciones que,
en caso de no realizarse, son sancionadas con la destitución. Esto le ha
ocurrido a 18 Reservas de la Biosfera desde 1971.
Estos antecedentes hablan de un compromiso que debe ser
respaldado con trabajo y resultados. Los ejes establecidos en las bases
de Unesco, que son tres: la conservación de los ecosistemas, el desarrollo
económico y humano sustentable y la implementación de ejemplos de educación y
capacitación en cuestiones locales, regionales, nacionales y mundiales de
desarrollo sostenible.
¿Cuál es el compromiso de Chile ante Unesco?
Para cumplir con las exigencias de Unesco, las nuevas
propuestas son:
1.Centro Subantártico Cabo de Hornos: Se encuentra en
período de aprobación por parte del Gobierno Regional de Magallanes, un edificio
que dotará a Puerto Williams de la infraestructura necesaria para recepcionar a
turistas y contextualizarlos con la Reserva de la Biosfera, desarrollar
investigación científica de primer nivel internacional y montar un Centro de
Formación Técnica (CFT) el cual expande la cobertura de educación superior
dentro de la región.
En este centro se plasma el trabajo colaborativo de UMAG,
IEB, Fundación Omora, UNT, Ministerio del Medio Ambiente, de Bienes Nacionales,
la Armada de Chile, la subsecretaría de Turismo, Conaf y ahora una nueva
alianza con Reino Unido, específicamente con la Universidad de Bangor, que se
destaca por su trabajo en conservación y turismo sostenible.
Con este Centro Subantártico se pretende empoderar a la
comunidad local de la gestión de su territorio. Es por esto que el CFT tendrá
materias de capacitación en gastronomía regional, áreas protegidas y turismo
científico, temáticas que potencian la riqueza biocultural de esta ecoregión
subantártica.
El intendente de la región de Magallanes y Antártica
Chilena, Jorge Flies recalcó la importancia que tiene el Centro Subantártico
Cabo de Hornos: “hemos definido ser una región de ciencia, tecnología e
innovación y aquí el Centro Subantártico viene a ser fundamental para potenciar
uno de nuestros territorios más prístinos, el más austral del continente
americano y del mundo. Es un faro al sur del mundo para la ciencia, la
educación y una oportunidad para uno de los desarrollos complementarios de la
ciencia que es el turismo”. Además reafirmó el apoyo del Gobierno Regional al
proyecto: “cuenta con todo nuestro respaldo en lo que hoy está siendo el diseño
y lo que va a ser la posterior ejecución”.
2.Ciencia para Chile y el mundo: La Reserva de la Biosfera
Cabo de Hornos es la única en el país que incluye zonas terrestres y marítimas.
En coherencia con esta característica, es que se propone ampliar zona de
reserva en ambas zonas. El objetivo es incluir a las islas Diego Ramírez dentro
de estos terrenos protegidos.
Esta idea trae consigo un desafío logístico importante que
se pretende abordar de la mano de la institucionalidad vigente apoyándose en el
trabajo y tecnologías de la armada y en los planes de trabajo del Ministerio
del Medio Ambiente.
Esta expansión vendría acompañada de la instalación de dos
Sitios de Estudios Socioecológicos a Largo Plazo en Diego Ramírez e Isla
Hornos, los que complementarían la data del Parque Omora, la cual también sería
reforzada.
La importancia de la instalación de estos sitios radica en
que permiten estudiar los potenciales efectos del cambio socio-ambiental global
de los distintos ecosistemas del país. Esto se vuelve aún más eficaz cuando
estas investigaciones se pueden compartir y estudiar en la red mundial de
Reservas de Biosfera, ya que los nuevos sitios propuestos son únicos en el
mundo por su condición latitudinal incomparable en el hemisferio norte.
La senadora por la región de Magallanes y Antártica Chilena,
Carolina Goic, valoró que el proceso de segundo decenio de Reserva de la
Biosfera Cabo de Hornos lograra unir a distintas voces en una idea conjunta de
desarrollo sostenible: “Hay que destacar que en torno de un territorio, se unen
las voluntades públicas y privadas. En un país que es muy centralista, a veces
las cosas se dan al revés, donde los territorios se deben acomodar a las
políticas centrales. Lo que se ha estado haciendo (con la propuesta) es
tensionar, en el buen sentido, exigiéndonos a todos, académicos, ejecutivo,
privados y la comunidad, a unirnos en función de un objetivo común que es la
Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos”.
El pasado 2015 se cumplió 10 años desde que las 5 millones
de hectáreas ubicadas al sur del canal Beagle – comprendidas entre los fiordos
del sur de Tierra del Fuego y el archipiélago Cabo de Hornos – fueran
declaradas Reserva Mundial de la Biosfera. Una década ha pasado desde que toda
la información entregada por los investigadores que apoyaron al Estado Chileno
ante el organismo internacional, convenciera a los expertos de la necesidad de
proteger los ecosistemas marinos y terrestres del extremo sur de América.
El logro es atribuible, principalmente, a las autoridades de
la época y a los científicos que dan vida al Programa de Conservación
Biocultural Subantártica. Dicha iniciativa, llevada a cabo por la Fundación
Omora y las Universidades de Magallanes (UMAG), de North Texas (UNT) y de Chile
a través de su Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), lleva más de 15
años haciendo investigación, educación y conservación en dicha zona, y todo ese
bagaje le da el mérito para presidir la mesa de trabajo que esta semana se
formó con distintos actores estatales, para generar el Plan de Gestión del
segundo decenio de la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos (2016-2025) que se
inicia este año, y que será presentado a Unesco a fines de 2016.
Los científicos Ricardo Rozzi – director del Programa de
Conservación – y el destacado asesor internacional de políticas públicas
turísticas y ambientales Shaun Russell, se sentaron junto a la senadora
magallánica, Carolina Goic, el Intendente de Magallanes y Antártica Chilena,
Jorge Flies, al seremi de Bienes Nacionales de la región de Magallanes, Víctor
Igor, al rector de la UMAG, Juan Oyarzo, rector de la Universidad Católica,
Ignacio Sánchez, e integrantes del Ministerio del Medio Ambiente, de las
Fuerzas Armadas y de Turismo para alinear a las instituciones que representan
en un proyecto que sirva como modelo de desarrollo sostenible, a nivel nacional
e internacional.
¿Qué pasa con el turismo?
Debido a toda esta propuesta, Cabo de Hornos se
transforma en un polo de atracción turística que prestará altos estándares a
sus visitantes. Actualmente los cruceros recorren los terrenos marinos de la
reserva, lo que se puede complementar con visitas al Centro Subantártico Cabo
de Hornos o a diversos circuitos que, en un futuro próximo serán realizados por
los mismos profesionales del nuevo CFT ubicado en Puerto Williams.
Tras la reunión queda conformado el grupo de trabajo y los
nuevos compromisos que trae la segunda década de la Reserva de la Biosfera Cabo
de Hornos, que busca ser un ejemplo de desarrollo sostenible a nivel nacional e
internacional con acciones replicables en distintas regiones.
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